En tu casa con tus padres y hermanos, te recomiendo que agregues:
Una cucharada grande de compromiso, un
cucharón de paciencia y flexividad, pero
no te olvides de quitar el orgullo y la envidia
por que eso oscurece la mezcla; y
algo muy importante si existe alguna discusión
agregarle dos cucharadas de prudencia
y calma; con eso endulzaras la receta.