lunes, 10 de octubre de 2011

No debes pedir lo que no te pueden dar

Las expectativas irreales solo envenenan el alma.
¡Cuánto más grandiosa o ilusoria es nuestras expectativa, mayor llega a ser la desilusión! Esperar o exigir algo de alguien que no lo puede dar es una formula segura para frustrarse, irritarse e incluso deprimirse

Es un error pensar que sólo los niños necesitan atención y cariño de sus padres. Hay veces que adultos crecen buscando esa aprobación y la atención que por algún motivo no la recibieron al crecer. Frecuentemente, estas carencias emocionales los convierten en personas duras consigo mismas y con los demás; siempre se encuentran juzgando y contando lo que no tienen y lo que necesitan tener. Tienen la expectativa de que otros deberían poder otorgarles aquello que carecen desde una temprana edad. Al no cumplirse esto, el sentimiento de vacío y frustración se incrementa; sus relaciones se deterioran y generalmente nadie ni nada los puede complacer.

DEJO UNA RECETA PARA PODERLA APLICARLA:

Ingredientes:
  • 1 pieza de realidad
  • 2 cucharadas de aceptación
  • 1 pizca de gratitud y humildad
  • 1 manojo de nuevas acciones
  • 1 vasito de sensibilidad
Condimentos:
Confianza, nobleza y atenciones
Recomendación del chef: Entre menores las expectativas menos probabilidad de vivir una decepción.
Modo de preparación:
  1. Cada persona es única, piensa y siente según sus creencias y valores. A pesar de que nos gustaría que los demás actuaran como nosotros quisiéramos o necesitamos, nadie tiene la obligación de hacerlo. Cada quien actúa como puede y quiere; no se puede exigir una respuesta que depende del otro.
  2. Para vivir tranquilamente y felices es importante dejar de esperar que otros satisfagan las necesidades propias. Cada quien debe de ser responsable por su propia vida, hacer los cambios necesarios y buscar aquello que desea.
  3. Aprender a entender a los otros permite tener una visión más equilibrada. Entre más realistas sean las expectativas, mayor es la habilidad de recibir con gusto lo que nos ofrecen, sentir alegría, y mayor satisfacción. Las expectativas irracionales sólo deprimen, causan dolor y muchos problemas.
La mejor receta para una buena vida: ¡Exige menos de los demás, haz más, da con abundancia y vive mejor!

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